miércoles, 1 de febrero de 2012

CONVENTO DE SAN SALVADOR.

el claustro el que presenta mayor interés. Se ha recuperado completamente, eliminando los tabiques que compartimentaban sus galerías y se ha despejado el patio central que estaba colmatado de tierra y desechos que impedían la vista de su arquería. Se trata de un claustro de planta cuadrada y de reducido tamaño.












Cada uno de las crujías las conforman cuatro tramos que abren al patio central mediante dobles vanos que cierran en arcos de medio punto sustentados por columnas toscanas de alabastro (la mayor parte de ellas repuestas en la restauración) que en los extremos se adosan al muro y que se apoyan en un antepecho de escasa altura.         

 Estos arcos, sobre los que aparece un óculo, se inscriben en otro mayor también de medio punto, formando una composición típica de la arquitectura aragonesa del siglo XVI. En las esquinas de dos de los lados, este doble vano se alarga hasta el suelo, apeando la columna en una sencilla base central, permitiendo de esta manera el acceso al patio central.




  Los tramos del claustro se cubren con bóvedas de crucería sencilla con nervios moldurados al estilo de la época que apoyan en sencillas ménsulas. Las claves circulares son lisas. Todo el conjunto es de una enorme sencillez y sobriedad, sin ningún tipo de elemento decorativo.




 De lo que fueron dependencias anexas al claustro nada resta excepto una pequeña capilla y la sacristía dieciochesca. El resto de espacios estaban tan desvirtuados que ha sido imposible recuperarlos por lo que se han habilitado las estancias para diversos usos culturales y lúdicos.
 
 En la crujía noreste del claustro se sitúa una pequeña capilla u oratorio conocida como Capilla de la Virgen, de planta rectangular con cubierta adintelada, en la que llama poderosamente la atención la total ausencia de decoración arquitectónica y escultórica. Esta carencia se suple a base de pinturas murales que cubren toda la superficie, opción adoptada seguramente por ser más económica que las anteriores.

En el muro principal abren dos hornacinas y la decoración mural es a base de simulación de falsas arquitecturas en forma de pilastras, frontones partidos y veneras que enmarcan las hornacinas y las decoran interiormente. Es de suponer que en el centro se ubicase una tercera hornacina, donde ahora lo hace la ventana, que cobijaría la imagen titular de la capilla.

En los otros tres muros las pinturas simulan una articulación arquitectónica consistente en un entablamento corrido, con el arquitrabe, friso decorado y cornisa con pequeños dentículos, que aparenta sustentarse sobre pilastras de capiteles antropomorfos y fuste decorado. En el espacio que queda entre ellas penden guirnaldas de flores y hojas, así como representaciones enmarcadas por cueros recortados de los símbolos de la letanía lauretana.
 Muchas de estas representaciones están perdidas o deterioradas a pesar de lo cual todavía se distinguen buena parte de ellas, algunas acompañadas de breves inscripciones. Destacan el sol como imagen de Mater Inviolata, el hornus conclusus como Mater Castíssima, la fuente como Mater Divina Gratia, la torre como Turris Eburnea o Turris Davidica y el escudo como Virgo Clemens.
todas las pinturas están elaboradas con colores vivos, principalmente ocres, rojos y verdes, y son de mediana factura. Por los elementos que representan de clara tradición barroca, se pueden datar en la primera mitad del siglo XVIII. Tanto en las crujías del claustro como en la galería superior se detectaron pequeños restos pictóricos del mismo estilo, algo que hace pensar que seguramente los muros de estas dependencias se cubriesen con este tipo de pintura mural.


Por último, la galería superior del claustro sigue la misma línea de austeridad que la inferior, desprovista de cualquier tipo de articulación mural o elemento escultórico. Lo único que rompe ligeramente la monotonía del espacio, son los dos pequeños poyos que flanquean cada una de las cuatro ventanas rectangulares que dan luz a las cuatro alas. Se cubre con bóvedas de revoltón y vigas a la vista. A tres de estas alas se abrían en origen las pequeñas celdas de los monjes. Actualmente lo hacen modernas dependencias.


jueves, 26 de enero de 2012

Ermita de San Gregorio

Fuera del municipio, en dirección a Los Monegros, se ubica esta ermita en la que el 9 de mayo se celebra una romería. Las vistas desde el mirador ofrecen una extensa panorámica.
Desde afuera

el interior de la ermita
 Es una construcción de planta rectangular, de una nave, con cabecera recta, pórtico a los pies y construcciones adosadas en ambos laterales y en la cabecera para la atención de los romeros.
En el exterior, completamente encalado, destacan los contrafuertes laterales, así como el pórtico cuadrangular de la fachada de los pies y la espadaña sobre este mismo hastial, ambos realizados en ladrillo en época reciente.
A lo lejos
  Asimismo, el alero, escalonado, prolongado hacia la parte inferior mediante hilera de arquillos en resalte de gran plasticidad.
Se accede mediante puerta adintelada. El interior es un espacio unitario, y cubierto.

Historia.

Pina ejerce desde antiguo su influencia como cabeza de partido. El casco urbano es amplio e interesante. Sobresale su gran plaza rectangular, en la que se ubica el Convento de Franciscanos y la Iglesia parroquial de Santa María.
El territorio de Pina fue reconquistado por Alfonso I el Batallador. Desde 1134 hasta 1198 se conocen los nombres de seis tenientes: Jordán, García Ortiz, Gostio, Ortiz Ortiz, Jordán de Pina y Martín Pérez de Villel. Las órdenes militares tuvieron importantes intereses en esta localidad, así la de San Juan de Jerusalén instaló en ella una encomienda cuyo primer comendador fue Domingo de Ricla, siendo su primera mención del año 1184. También la orden del Temple tuvo numerosas posesiones.
 

viernes, 20 de enero de 2012

Torre vieja de Pina de Ebro

Como bien vemos, así era antes la plaza
de España de Pina de ebro.
Antiguamente Plaza España Pina de Ebro.




En esta segunda foto se puede observar como
era la torre vieja que pertenecía a la antigua iglesia
parroquial de la localidad construida en 1563.
Torre vieja de Pina de Ebro

El Templo resultó destruido por los bombardeos
sufridos durante la Guerra Civil Española, y solo
conserva tu torre barroca.
La torre fue restaurada a finales del siglo XX siendo
un símbolo del pueblo.
Plaza España de Pina de Ebro tras un nevada.
 



martes, 17 de enero de 2012

 A 38Km de Zaragoza por la carretera de Castellón (N-232) y 42 por la N-II (dirección Barcelona), Pina de Ebro se encuentra en la margen izquierda del rio Ebro, entre Fuentes, Osera y Quinto. Tiene un poligono industrial en pleno funcionamiento y evolución. En cuanto nos acercamos al pueblo llama la atención las dos torres que sobresalen claramente por encima del nucleo urbano que es bastante extenso y de poca altura.